En el dia 7 de mayo de 2010 a las 12:00 por MLP
Nada más entrar al concesionario se distinguía un modelo especial de la casa francesa, pero hasta que no llegué a verlo al completo no supe que se trataba del Megane RS. El modelo sale a relucir el Rombo al lado de los R de VW, OPC de Opel o RS de Ford.
Al abrir la puerta del RS, te encuentras con algo llamativo que desvía toda tu atención, una esfera de color amarila en el cuadro de mandos, la de las revoluciones. Me hizo recordar a los Ferrari. Al subir notas cierto tacto a francés, es decir, texturas suves intentando emular un *backet*, un tacto *racing* en el cambio de marchas recubierto de cuero convencional. Pero al fin y al cabo lo que más importa de compacto de esas caracteristicas es el rendimiento.
El aspecto delantero, a mi gusto y comparándolo con sus rivales, le falta un poco de «chicha», es decir, se diferencia del Megane de serie pero no designa ningun aspecto radical de agresividad. El perfil es bastante «normal», pero lo que me ha gustado de ese coche es la parte trasera. El pequeño difusor con escape central es muy atractivo junto a los nuevos y atractivos focos traseros y la luna medio ovalada. Las llantas de 18″ encajan perfectamente con el paso de rueda que parece, casi hecho a medida. Y el pequeño alerón que se extiende del techo le da un toque aerodinámico singular.
La posición del conductor es bastante centrada y cómoda respecto a maniobrabilidad. La vista es como la de cualquier compacto especial de su segmento y su espacio trasero es justo para ir comodo, pero nada más. Lo que me llama la atención es el sistema de airbags lateral que lleva. Se trata de un airbag lateral que sale de la supuesta aleta del *backet*, y se extiende tanto hacia adelante como hacia atrás. Entonces os preguntaréis, ¿como?, pues si, en la aleta del *backet* izquierdo del conductor y lo mismo simétricamente en el copiloto, se esconde el *airbag* lateral que protege de los cristales y demás. Entonces os digo yo ya de antemano que el backet no soporta ni te sujeta tan fijamente como debería de hacerlo en un coche con esa potencia. Para mi un detalle muy grave a considerar.
Subimos al coche y otra vez la vista se desvía a la esfera amarilla, no se que finalidad tendrá, aparte de la de controlar el motor. Al arrancar el 4 en línea de 2.0 litros y turbocompresor ruge anunciando su potencia de 250 cv y 340 Nm de par motor. La experiencia fue más bien corta pero intensa. Al meterle la segunda y pisar a fondo se podia escuchar el turbo como trabajaba a medida que el velocímetro subia sin parar. En la ficha técnica pone que el 0-100 Km/h lo realiza en 6 segundos y doy fe de ello.
El tema del consumo deberíamos específicar que no consume una media de 8.4 % según el manual. Este consumo se debe a una conducción ecológica y totalmente distante del turbo. Es posible que el Megane RS llegue a consumir el 8.4 % atmosféricamente, pero es como todo, en cuanto subes de vueltas quieres que el coche despegue y este tira de gasolina.
Los matices sería la falta de un alojamineto racing de verdad y no solo aparentemente, ya que no encontramos en ningun sitio un aspecto de carreras o la presencia de carbono, aunque si distinto al de serie como antes he mencionado. La falta de una inyección directa y no indirecta que es la que monta. Lo que si me sorprende es el precio final, poco mas de 26.000 euros. Existe la versión RS cup que no llega a los 30.000 euros e incorpora algunos extras que mejoran le fluidez del coche en situaciones comprometidas.