Veterama 2010.
En el dia 22 de octubre de 2010 a las 1:10 por Vop

Tras éstas siglas se esconde el término “Mercado Veterano”. Lo que comenzó en 1975 como una idea de los coleccionistas Winfried A. Seidel y Metz Walter en Mannheim (Alemania), se ha convertido en el mayor mercado de vehículos clásicos de Europa.

Así pues, más de 4.000 expositores procedentes de toda Europa tienen en ésta feria su destino el 2º de Fin de semana de Octubre de cada año. Allí, durante ésta edición, se encontraron cerca de 50.000 aficionados y profesionales buscando sus deseadas piezas para continuar dando forma a proyectos en forma de vehículo.

Cualquier amante del automóvil, puede apreciar la cantidad de trabajo que se necesita para restaurar un vehículo y poder conservar restos del pasado tras su hallazgo en graneros y almacenes particulares. A menudo surgen problemas producidos por el paso del tiempo como corrosiones, etc. y eso provoca una necesidad de piezas específicas que solo pueden conseguirse en ferias tan especiales como Veterama.

El equipo de Picabiela no quiso perderse este gran evento y se puso en camino para poder acercaros la emoción e ilusión de poder visitar algo tan mítico como es el mayor mercado de vehículos clásicos de toda Europa.

El ambiente, ya desde la cola para recoger el ticket del parking, hace que te fijes en tu alrededor: prácticamente ningún vehículo está de origen; muchos de los aficionados modifican sus vehículos tanto en alturas como en medidas de ruedas, escapes, etc. (eso sí nada de preparaciones absurdas) y siempre teniendo en cuenta la deportividad y estética. Solo se salva algún vehículo histórico fielmente restaurado. Todo aquí está cuidado hasta el más mínimo detalle.

Una vez dentro, te encuentras con que todas esas ideas que te habías hecho sobre cómo sería ésta feria son diminutas comparadas con lo que estás viendo. En Veterama puedes encontrar todo tipo de recambio de cualquier vehículo en estanterías, mostradores, por los suelos; puedes encontrar furgonetas con motores de motos a la venta en su interior, pasando por motocicletas de todas las épocas y camiones de bomberos, hasta máquinas de coser o una Vespa de Correos española perfectamente matriculada en Alemania. Absolutamente todo lo relacionado con el pasado tiene su lugar en Veterama.

Hay una pequeña nave industrial en medio del parque, que alberga los stands más delicados, como son los dedicados a tapicerías, adhesivos, vendedores de productos de todo tipo, coches de exposición, etc. en la que pudimos encontrar desde un mago del fileteado (lo de mago es algo literal, ya que de vez en cuando nos deleitaba con algún truco de magia) a mano alzada hasta ferreterías ambulantes con herramienta especializada y material de todo tipo.

De vuelta al exterior no dejas de sorprenderte, ya llevas varias horas (unas 4 para ser exactos) viendo joyas de todos los tiempos y cada paso que das ves más y más. Es algo impresionante, con un volumen de recambios desorbitado, stands de lo más curiosos y una cantidad de gente descomunal allí reunida con una misma afición, el vehículo clásico.

Una de las notas más divertidas de este evento era ver la cara de satisfacción (y a la vez de pensar: mi mujer me va a matar…) de los compradores; con su aletas de coche, capós, motores, ruedas y chasis de motos… que llevaban a la espalda, en carros o empujando (en el caso de los que se hacían con una nueva montura). Proyectos e ilusiones para invertir tiempo, sudor y dinero, durante el largo invierno, en joyas que más tarde harán las delicias de todos nosotros y por supuesto, de sus orgullosos propietarios.

Son casi las seis de la tarde de un estupendo domingo en Alemania, Veterama llama a su fin, los expositores van recogiendo bártulos, los compradores de última hora salen cargados del recinto y se empiezan a oir los vehículos de los aficionados que se marchan a casa. Es impresionante la cantidad de coches preparados que pudimos ver pasar por delante nuestro de camino al parking y una vez allí, increíble la de coches cuidados hasta el último detalle, que nos esperaban aparcados, coqueteando y posando para la cámara. Os pongo alguna foto para que vayais haciendo boca:

Éste evento ha sido una experiencia inolvidable, de esas que dan muchos buenos ratos de charla con los amigos y que ponen la piel de gallina al recordarlas. Desde el equipo de Picabiela queremos animar a todos los amantes de los vehículos clásicos que busquen esa pieza que les hace falta o, que simplemente les apetece disfrutar de un fin de semana de motor, a que prueben la experiencia del Veterama. A nosotros nos encantará repetir el próximo año. Aquí os dejo una galería con las mejores imágenes de la feria. Un saludo.

Víctor Ortega.

Agradecimientos al grupo J.Gilabert.

1 comentario »

Es tracta de un BMW (E9) 3.0 CS Alpina, preciós.

Comentario de JLP — 2 noviembre 2010 @ 1:59


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